martes, 17 de junio de 2014

Mitos & Realidades de la Morfina


¿Qué es?

La morfina es obtenida de las semillas de la adormidera o la plata del opio, que tiene fuertes efectos analgésicos.  Está clasificada dentro del grupo de los opiáceos  fuertes.
Aunque tiene múltiples usos y ha demostrado su eficacia en numerosos estudios, existen una serie de mitos sobre la morfina, que se fundamenta principalmente en conjeturas que se han desarrollado a lo largo de los años y que no toman en consideración los últimos avances y experiencias.  El conocimiento sobre el medicamento puede optimizar en su uso y llevar a un mejor control del dolor, apoyando así el proceso de recuperación.  Es por esto que resulta de vital importancia conocer y comprender la naturaleza de éste fármaco, de modo que su uso no genere incomodidad o temores innecesarios. 


Morfina Planta


Mito 1  La morfina produce adicción.

Realidad: Es un potente analgésico utilizado para el alivio del dolor agudo o crónico, moderado o grave.  Cualquier analgésico opioide puede causar reacciones físicas que generan la necesidad de seguir utilizándola y, si se retira bruscamente, se generase genera una serie de reacciones adversas que se conocen como síndrome de abstinencia.  La adicción, por otro lado, es un estado psicofísico del individuo donde se presenta una necesidad compulsiva por consumir la droga.
Es erróneo pensar que el paciente es adicto, o débil, porque requiera más analgésico para poder controlar su dolor.
De hecho, el problema de a las reacciones físicas generadas por la morfina se resuelve siempre en unas pocas semanas con un tratamiento médico.  No tiene nada que ver con la adicción, siendo en realidad un problema añadido a la hora de afrontar el tratamiento.  En conclusión, este mito es falso.

Mito 2. Si recibo morfina ahora, después no tendré como controlar el dolor.

Realidad:  La morfina se debe iniciar cuando los analgésicos opioides moderados ya no alivian el dolor crónico o agudo, con el objetivo de mejorar la calidad de vida.  A diferencia de otros analgésicos, la morfina no tiene una dosis límite y por lo tanto se pueden aumentar la dosis a medida que aumenta el dolor o que se desarrolla tolerancia.
Así, si el dolor se incrementa, se aumentan las dosis y se logra el mismo efecto; pero el aumento es generalmente de pequeñas cantidades.  Esto se calcula dependiendo de la respuesta y las necesidades de cada persona.

Mito 3. Después de usar morfina, otros analgésicos ya no sirven.

Realidad: Durante el tiempo en que se está utilizando la morfina, es posible contar con la ayuda de otros medicamentos no opioides.  Esto es porque la mayoría de las veces el paciente presenta dolor mixto y otros medicamentos actúan como coadyuvantes.

Una vez que se ha suspendido el uso de la morfina el cuerpo olvida los efectos analgésicos de ésta y los medicamentos habituales siguen actuando con la misma eficacia de siempre.  En conclusión, este mito es falso.


Mito 4. Usar morfina es morir en vida.

Realidad: La morfina no está reservada para los moribundos, sino para el paciente que tiene dolor moderado a severo, que limita su vida.
Anteriormente el uso de la morfina se dejaba para los últimos días de vida y se creía que el paciente moría en malas condiciones por a administración de la misma.  Se asociaba la palabra "morfina" con "muerte".  Actualmente se sabe que dosificada correctamente alivia el dolor en cualquier etapa de la vida y le permite al paciente mantener la autonomía y la capacidad cognitiva.  Así mismo lo ayuda a dormir mejor, alimentarse y mantenerse activo.  El uso correcto de la morfina aumenta la calidad de vida de un paciente con dolor crónico sin alivio.

Mito 5.  Los efectos secundarios de la morfina son peores que el dolor

Realidad: Los efectos secundarios de la morfina son conocidos y prevenibles.  Se tratan antes de que aparezcan y mientras se desarrolla la tolerancia.  Los más comunes son: 

  • Mareos
  • Náuseas
  • Somnolencia
  • Malestar estomacal
  • Vómitos
  • Estreñimiento
  • Dolor de estómago
  • Sarpullido
  • Dificultad para orinar  
El estreñimiento, que es el más común, siempre requiere tratamiento.  Por otra parte, existen algunos que ocurren en contadas ocasiones (1% de los paciente o menos) y que requieren atención médica inmediata:

  • Dificultad para respirar
  • Desmayos
De esta forma. aun cuando existen riesgos, estos pueden ser controlados con la vigilancia atenta de las reacciones del paciente y estrategias de manejo oportunas.


Mito 6. El uso de la morfina en el hogar puede ser un factor de riesgo de abuso de medicamento.

Realidad:  La experiencia indica que los pacientes con historia de abuso de sustancias, incluyendo el alcohol, pueden desarrollar comportamientos compulsivos que los induce a usar dosis mayores de opioides, a las indicadas por el médico.  Previendo eso se recomienda al cuidador guardar los medicamentos en un lugar seguro, si es necesario con llave, para evitar la sustracción.  Igualmente si hay un familiar u otra persona cercana, con problemas de adicción de drogas, se deben tomar las medidas preventivas.

Conclusión

Durante su uso es importante mantener informados a los médico sobre la aparición de efectos secundarios que pueden estar asociados l uso de opioides. Del mismo modo es importante realizar todas las preguntas adicionales que considere necesarias.  Así, en las manos adecuadas, la morfina es una de las herramientas para el control del dolor más efectiva de la actualidad.





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